Parte 3a — Partes de la armadura

He aquí las partes que conforman la armadura:

1. El cinturón de la verdad

Debe estar ceñido a nosotros, es decir, debemos apegarnos a la Palabra de verdad de Dios y meditar en su contenido, como si estuviéramos ceñidos con ella. Esto nos protege de que nos decarríe cualquier mentiras o engaño. Sus dichos también nos apoyan y fortalecen en sentido espiritual y refuerzan nuestra integridad, tal como el cinturón ayuda a soportar el peso de la coraza del soldado.

2. La coraza de la justicia,  protege el corazón:

Implica que desarrollemos amor intenso a la justicia y un odio igualmente intenso al desafuero. (Salmo 45:7.) Así protegemos nuestro corazón.

3. Los pies calzados con las buenas nuevas

Al perseverar en la predicación, los cristianos desarrollan aguante, una cualidad que provee protección contra los ataques de Satanás.

4. El escudo grande de la fe

Los proyectiles encendidos de Satanás no podrán atravesar nuestro escudo de la fe  sólo si (1) Nuestra fe en Jehová es como la de Moisés pues tenía fe en que Él existía y que salvaría a los israelitas. (2) Tenemos una relación tan estrecha con Jehová como si pudiéramos verlo. (3) Estamos dispuestos a hacer cualquier sacrificio o a aguantar cualquier penalidad a fin de conservar nuestra buena relación con Dios. (4) Tenemos una fe total en Jehová (Hebreos 11:1.)

5. El yelmo de la salvación que protege la mente

La esperanza cristiana de la salvación se compara con un yelmo porque protege la mente. La mente del cristiano se ha hecho nueva mediante el conocimiento exacto y si alimentamos de continuo la mente con el conocimiento de Dios, nuestra esperanza se conservará brillante y clara.

6. La espada del espíritu

La Palabra de Dios, la Biblia, obra como una poderosa espada para cortar mentiras espirituales y conceptos falsos y ayudar a las personas de corazón recto a hallar la libertad espiritual. (Juan 8:31, 32.)

Jesús se defendió de tres ataques satánicos por medio de usar eficazmente la Palabra de Dios y decir: “Está escrito”. (Mateo 4:1-11.) En el guerrear espiritual se requiere mucho estudio y práctica regular en el ministerio para hacerse uno diestro en el uso de la Palabra de Dios.

Ver: 

w92 15/5 págs. 21-23

“Pónganse la armadura completa que proviene de Dios”